Originaria de una meticulosa selección genética, esta variedad es el resultado del cruce entre Sweet Pink Grapefruit y Big Skunk #1, ofreciendo un perfil aromático donde predominan notas de uva, skunk y un trasfondo dulce que encanta desde el primer momento.
Su cultivo es accesible para principiantes, mostrando una gran adaptabilidad tanto en interiores como en exteriores, lo que la convierte en una opción versátil para diversos tipos de cultivadores. Con una floración que oscila entre las 8 y 10 semanas, Kyle’s Sweet Island es capaz de producir cosechas abundantes, caracterizándose por sus cogollos densos y resinosos que prometen una experiencia sensorial única.
Desde el punto de vista medicinal, esta cepa ha demostrado ser particularmente efectiva en el manejo de dolencias como el dolor, la artritis y el insomnio, gracias a su contenido de THC del 19% y su bajo CBD. Además, sus efectos van más allá del alivio físico, promoviendo un estado de relajación mental acompañado de una euforia suave y una creatividad potenciada, ideal para aquellos momentos en los que se busca inspiración o simplemente un descanso del estrés cotidiano.
En cuanto a su cultivo, Kyle’s Sweet Island se muestra generosa, alcanzando alturas considerables y ofreciendo rendimientos que pueden llegar hasta los 790 gramos por planta en exterior. Esta característica la hace especialmente atractiva para aquellos que buscan maximizar su producción sin comprometer la calidad. Además, su resistencia y fácil manejo la posicionan como una elección acertada para quienes se inician en el mundo del cultivo de cannabis.