Esta cepa, predominantemente índica, se distingue por su breve periodo de floración de 7 a 8 semanas y su adaptabilidad tanto en ambientes interiores como exteriores, lo que la convierte en una opción atractiva para diversos entornos de cultivo.
Con un contenido de THC que oscila entre el 14% y el 18%, Shiskaberry promete un efecto potente y relajante, ideal para aquellos momentos de descanso después de un largo día. Su perfil genético, una fusión entre DJ Short Blueberry y Afghani, dota a esta cepa de un sabor y aroma intensamente afrutados, con notas de bayas que deleitan el paladar.
La versatilidad de Shiskaberry se extiende a sus aplicaciones médicas, ofreciendo alivio para síntomas de fatiga, espasmos musculares y estrés, gracias a su rico perfil de terpenos que incluye Alpha-Humuleno, Beta-Cariofileno, y Myrceno, entre otros. Estos compuestos no solo contribuyen a su efecto terapéutico sino que también intensifican su perfil aromático, creando una experiencia sensorial completa.
Para los cultivadores, Shiskaberry representa una oportunidad para obtener cosechas abundantes, con rendimientos impresionantes tanto en interior como en exterior. La planta alcanza una altura manejable, lo que facilita su cultivo en espacios limitados, y produce cogollos densos y resinosos que son un testimonio de su calidad excepcional.